En los años 90, Terry Orlick introduce los juegos cooperativos en el panorama pedagógico con su obra "Libres para cooperar, libres para crear". Se trata de un recorrido por juegos de diferentes culturas en los que ilustra lo que entonces se consideraba como una alternativa a los juegos caracterizados por una lógica de enfrentamiento. Desde entonces, un número creciente de colectivos y profesionales (como la Peonza) han visto los juegos cooperativos como una alternativa para aprender a jugar con y no contra los otros.
A nivel educativo, en la actualidad está en voga hablar de desafíos cooperativos. En este trabajo podéis encontrar información y ejemplos, igual que en este vídeo de una clase impartida por Carlos Velázquez, uno de las personas que más trabaja sobre esta temática:
Una alternativa interesante, si bien cabe preguntarse a pregunta sería: ¿jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar?
B) ¿Qué intenciones tenía con estas prácticas?
- Poner en práctica las condiciones de un buen juego.
- Experimentar la lógica interna cooperativa en juego.
- Mostrar posibilidades (y limitaciones) que tienen los juegos cooperativos para enseñar a cooperar.
- Nos comunicamos siempre y de diversas formas.
- Hacer posible lo imposible.
- Hago falta, cuento, soy necesario/a.
- Pongo cuidado y atención por el compañero/a.
- Planeamos formas de (intentar) hacerlo.
- Atiendo, analizo, escucho (si no sé), propongo (si creo que sé).
- Insisto (hasta cierto punto) más que desisto (a la primera).
- Confío y proporciono confianza.
- Siento alegría cuando lo logramos.
- Siento una (leve y reversible) decepción cuando fracasamos
- ...
- Aceptar un reto compartido. Objetivo común a conseguir mediante de la participación conjunta y coordinada.
- Desarrollar la interdependencia: contribución de todos y cada uno de los participantes.
- Fomentar la no exclusión/eliminación
- El desarrollo de habilidades sociales, motrices y cognitivas.
C) ¿Qué ha ocurrido de veras?...
(en los comentarios)